jueves, 14 de agosto de 2008

[• ¿Y la Iglesia...? Ausente •]

DE CUANDO EL SILENCIO ES COMPLICE…

¿Qué hubiese pasado si aquel libro del escándalo titulado “Santa Madre” de la colega Olga Wornat no se hubiese publicado y por ende, la conducta inmoral del ex obispo de Santa Fe no habría conocido la luz?
Si bien para el derecho canónico “La acción criminal (…) se extingue por prescripción a los diez años”, para la “Justicia Divina”, es INCLAUDICABLE.
Y tal vez sea esto, lo que nos haga abrigar alguna esperanza de justicia todavía, en el vergonzoso y aberrante caso del “otrora” pastor de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Edgardo Gabriel Storni esta procesado por abuso sexual agravado contra un ex seminarista, un hecho que ocurrió el 1992 pero que fue denunciado diez años después.
Hubo además otros abusos sexuales, pese a que el que trascendió fue este, cuando besó al seminarista de entonces… (¿Se habrá dado a conocer eso no más?)
En el mismo caso aparecen como coautores primarios del delito de coacción, los sacerdotes Hugo Capello y Marcelo Mateo, en tanto que son considerados partícipes primarios los sacerdotes Mario Grassi y Edgard Stoffel. Estamos hablando nada más ni nada menos que, de clérigos de una Iglesia. Me pregunto ¿cuál es la función de la misma? ¿Qué papel cumple desde lo evangelizador? ¿Qué necesita encubrir? ¿Cuál es la postura de la inmaculada arquidiócesis? ¿Por qué sigue dando misa? ¿Quién lo habilita para dispensar la eucaristía en una casa de retiros en la provincia de Córdoba…?
Verdaderamente, un elegido y privilegiado a la vez, ya que la asignación mensual vitalicia para designatarios del culto católico Apostólico Romano es de unos 8 mil pesos… ¡Injusticias de la vida!

PARA EL FUE MAS… QUE MENOS
La Iglesia por ese entonces, era conocedora de otras causas del ungido por Dios y representante de toda una comunidad. Sus fechorías absolutamente probadas van desde “malversación de fondos públicos” (cerca de 150 mil dólares) a raíz de la colecta “Más por Menos” realizada por largos 8 años, hasta privar a Santa Fe del Pecado (según él) de tener un casino, fuente de perdición, pasando por sermoneos desde al atrio por un programa de TV santafesino que mostraba a chicas con minifaldas, bailando cumbias.

LA HIPOCRESIA… UNA CONSTANTE…
El desaparecido padre José Guntern, un buen hijo de Dios y obediente discípulo, decidió escribirle una carta a Storni, cuyo contenido inofensivo y confidente no decía mas que tratase de enmendar ese serio desliz que había afectado a un grupo en plena formación espiritual y humano, y que no lo juzgaba ni condenaba. Sólo le pedía que reflexionase en Cristo y tomara conciencia de la gravedad de sus actos, a lo que como toda respuesta recibió un “apriete” en el mismísimo arzobispado, ante escribano público y secuaces eclesiásticos para que se retracte y niegue sus dichos.
Actualmente la Iglesia Católica, sigue con su HIPOCRITA postura de sermonearnos, indicarnos y exhortarnos que arrojemos la primera piedra y nos despojemos de todo pecado.
¿Cuándo llegará el turno de un “mea” culpa de la iglesia? Sin duda, otra gran incoherencia sacrílega, partiendo de su jefe máximo, el Papa Benedicto XVI, quien avergonzado condenó a los abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra chicos y adolescentes en otros lugares del mundo. Me pregunto: en Argentina, Buenos Aires, Santa Fe, ¿qué pasará finalmente? ¿Qué se hará con este y otros resonantes casos (Macarrone; el padre Julio Grassi, aquel que fuera el presidente de la fundación “Felices los Niños”)? ¿Lo llevarán a la justicia? O como en otras épocas seguirán haciendo “mutu por el foro”.
De lo contrario, si la IGLESIA está libre de pecado… que sea ella la “que arroje la primera piedra”.

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