
Cuando llegó la hora de los homenajes y reconocimientos; me toco mencionar que estábamos en presencia de los familiares del desaparecido Tito Pousá; sentí que el espíritu tanguero de aquellos pioneros estaba agradecido y sonreían desde el mas allá.
Aquel esfuerzo titánico para obtener fondos, lograr apoyo oficial para adquirir un lote de terreno en la hoy avenida España y Boulevard Alighieri y construir un a

En este clima de emociones y evocación permanente que se viven en el Anfiteatro Carlos Gardel, me es imposible dejar de retrotraerme por un instante e imaginar ese halo tan especial, sabor a Cátulo y Homero que se habrá vivido por ese entonces y que en la actualidad sigue teniendo el mismo abecedario tanguero.
Los amantes de la música ciudadana, venidos desde distintos lugares del mundo, cada vez más recónditos, y más insólitos estaban allí, regodeándose de lo más granado del ritmo del 2x 4. Japoneses (obviamente), austriacos, brasileros, uruguayos, paraguayos, impactados con una movida tanguera única, especial con aroma a peperina y poleo que al soplar ese aire serrano, la hace decididamente distinto.
EN LA CAPITAL NACIONAL DEL TANGO

De los últimos cinco años, lejos la mejor edición del Festival y no por que sí. Coadyuvaron, varios factores, solo por mencionar algunos: el lleno total durante las tres noches, el volver a vivir al poner en escena a figuras de casi 90 años, cantando como en los mejores tiempos, la afiatada participación de las Sub sedes (Esperanza y Leones) con sus embajadores y dignos representantes; el aporte de grandes artistas que con su propia convocatoria trajeron más público todavía; es el caso de Estela Raval y los cinco latinos, el propio Guillermo Fernández, etc.
Cada Festival trae consigo su impronta. Y este año, con la máxima presencia del gran poeta Horacio Ferrer, se lograron momentos culmines, únicos, irrepetibles. Una balada para un loco, que sonó en reiteradas oportunidades y a fuer de ser sincero, no sabría con cual quedarme: si la versión de Guillermo Fernández, Raúl Lavié o uno de los cantores del gran Osvaldo Piro.
Dijo Horacio Ferrer: “cayó la tarde y el tenia tangos,
Whisky en la zurda y, en la otra, sed…”

Capítulo a parte, la presencia tanguera cordobesa de Jorge Arduh y sus cantores, en especial el ascendente Marcelo Santos.
Los duendes tangueros volverán el año que viene, si Dios quiere, a recorrer este templo sagrado, La Falda volverá a vestirse de gala al compás del 2x4; y nosotros diremos
“¡¡ Bendito seas tango, que haces sufrir y llorar,
Bendito seas tango, que haces reír y cantar,
Tan grande es tu poder, tan sugestivo y dominante,
Que donde vayas, triunfante has de imperar...!!”
¡Hasta la próxima!