Nuestra Pasión. . .
Tengo entre mis manos, el boletín informativo de la Junta Directiva central Nº 723 con fecha 19 de junio de l986, releo una y otra vez que:
El 3 de Julio, fecha de la constitución de la SAL se celebra el día del locutor. Apenas insinuado el 3 de julio de 1943 era las 0.30 horas y veintidós locutores se reunían en la vieja redacción de la revista Antena, Corrientes 830, de la Capital Federal. Allí sentaron las bases para la creación de la Sociedad Argentina de Locutores. En el acta fundacional, manifestaron su propósito de unirse en la defensa de nuestros intereses generales, comunes y en colaborar para el afianzamiento y superación cultural de la radiofonía argentina. Han pasado ya, 65 años y tras arduas luchas, quiero destacar la institucionalización de la profesionalidad del locutor, pese a que hoy, está diezmada, vapuleada y usurpada (por cualquiera), diría asfixiada por las mismas corporaciones y sistema de trabajo casi en la mayoría de los medios de comunicación. Léase cualquiera: modelo, actriz, actor, cara bonita, “becado” o algo que se le parezca. Condiciones inapelables para poder hablar por radio, aparecer por Televisión o ponerle “off” a un comercial.
Claro está, que esto no significa ser locutor o comunicador social como hoy se estila decir, nada mas lejos del locutor Profesional o de quienes estamos habilitados con nuestro respectivo carné.
Curioso, aunque duela, jamás me lo pidieron, ni muchos menos se interesaron en preguntar si uno es o no es, pareciera que dá igual…no así la cartera de clientes y anunciadores….en fin!!!
Sigo apostando a esta vieja pasión de la locución y en aras de la reivindicación de nuestra profesión, ojalá nos encuentre a todos los locutores en este día, con las mismas ansias de cuando decidimos serlo…
Sigo apostando a esta vieja pasión de la locución y en aras de la reivindicación de nuestra profesión, ojalá nos encuentre a todos los locutores en este día, con las mismas ansias de cuando decidimos serlo…
A modo de síntesis, agradecimiento y evocación a quienes me llevaron de la mano por los caminos del “ETER” transcribo algo que escribiera mi profesora de Literatura María Isabel Carboni, en mis primeros pasos por los medios radiales santafesinos y guardo con mucho cariño, sintetizado en una sola palabra….
“…Ahí está el micrófono. Hay en su actitud de espera una firme serenidad. El hombre se acerca, pausadamente. Están solos: él y el micrófono. Detrás, un mundo expectante, ávido, esperanzado. Los receptores van a encenderse y su voz será oída, alcanzará distancias, poblará espacios vacíos, alguien detendrá se paso.
¿Para qué? Simplemente, para oír la noticia. Entonces, el hombre decide hablar. Pero casi inesperadamente, deja de lado el convencionalismo de la señal luminosa: el papel se cae. Y logra decir, por fin, lo que tantas veces no pudo: gracias…”
“…Ahí está el micrófono. Hay en su actitud de espera una firme serenidad. El hombre se acerca, pausadamente. Están solos: él y el micrófono. Detrás, un mundo expectante, ávido, esperanzado. Los receptores van a encenderse y su voz será oída, alcanzará distancias, poblará espacios vacíos, alguien detendrá se paso.
¿Para qué? Simplemente, para oír la noticia. Entonces, el hombre decide hablar. Pero casi inesperadamente, deja de lado el convencionalismo de la señal luminosa: el papel se cae. Y logra decir, por fin, lo que tantas veces no pudo: gracias…”